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sábado, 15 de mayo de 2010

Sin una palabra

No fui valiente,
te vi llegar,
entre la gente
tú siempre
tan ausente
y yo
sin poder mirar
a otro lugar
que no
fueras tú.

Te vi marchar,
no tuve fuerzas
para avanzar
ni ir a tientas,
quise gritar,
me faltó
el valor
para confesar
que te quería.

Y te dejé escapar,
sin una palabra.

Ahora solo miro atrás
cada madrugada
deseando volver en el tiempo
esta vez sin arrepentimiento
y susurrarte un te quiero
antes de verte alejarte.

No sabes cuanto me arrepiento,
cada día, cada hora,
de no haber sido valiente,
de haber sido una insuficiente,
de dejarte marchar
sin decirte la verdad,
confesar que te quise amar.

Y te dejé marchar
sin una palabra.

Ahora miro siempre atrás,
a la perdida oportunidad
y me pregunto
que hubiera sido de los dos
si hubiera reuinido el coraje
para dar un paso adelante
y confesarte un  te quiero.

Es demasiado tarde.
Te dejé marchar
sin una palabra
y no volverás
a mí jamás,
solo queda
preguntarme
eternamente
que hubiera sido de los dos
si te hubiera abierto el corazón.

Pero te dejé marchar,
sin una palabra,
ni siquiera un adiós,
mientras te alejabas
y mi mirada
lloraba tu amor.

Te dejé marchar...

2 comentarios:

  1. Supongo que ya no sé sabrá que habrá sido de ellos dos. En la vida siempre haces elecciones y puede que te arrepientas de haber dejado marchar a alguien, pero puede también que algún día llegue alguien y esta vez si puedas confesarle los sentimientos antes de que sea demasiado tarde.

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