Estoy cansada de pretender
que no somos juguetes
en barcos de papel
a la deriva incoherentes
en un mar de agua salada.
Somos polizontes
de nuestro corazón enamorado,
atisvando el horizonte
queriendo volver a encontrarnos.
Somos prisioneroas de las mareas
irregulares de sentimientos
que nos arrastran con maderas
sin nunca llegar a puerto.
Asustados, temerosos,
de naufragar en una playa
y de pronto estar solos
entre restos de naufragio,
sin más que el único consuelo
apagado de los recuerdos.
Incapaces de tomar la iniciativa
para echar amarras
empezar una nueva vida,
siempre el uno con el otro,
en un barco de los dos
y no el viejo cascote
que tenemos por corazón.
Estoy cansada de pretender
que no somos juguetes
en barcos de papel
a la deriva incoherentes
en un mar de agua salada.
Escribiré mil poemas
en mi barco de papel
esperando que los leas
antes de que el naufragio
de mi corazón enamorado
los arrastre al fondo del mar
para habitar la eternidad
como secretos nunca hablados.
¡A del barco de papel!
Ay, mi amor prepárate,
hoy te pienso abordar
y no hay más que hablar.
Quiero compartir contigo
mi barco de papel,
construir unidos
algo que no se vaya a pique,
un amor de leyenda.
Seremos piratas
en barcos de papel,
sin temer,
al mar,
al naufragio,
al amar,
sin descanso.
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