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martes, 27 de diciembre de 2011

BEAST, part 1

When he came in the class went silent. I tried desperately to catch my air but I couldn't. Somehow my lungs had forgotten their natural way of moving.

The first boot fell against the floor, heavy and black, and shook my heart. The second one followed its pair and the boy stood on the doorway, tall and slender but well built, with the shape of an athletic man. My eyes climbed from his boots to the adjusted light blue jeans he was wearing, scrapped on the knees, and up the flat tablet of his musculous stomach hidden beneath a simple cotton t-shirt and an old-looking leather jacket which couldn't really hide his athletic shape.

His thick, black, rebellious hair fell alongside his manly face like a rainfall of dark water trying to conceal its appeal from the astonished lookers. But then he looked up and everything around me went dark, I forgot about anything else while his eyes sucked me in. Deep, fierce, amber colored eyes. Eyes to catch the onlooker like insects in resin.

Those eyes took over the whole world around me and sank me on a rising tide of shining gold while I desperately tried to win over my breath. They shook me 'cause those weren't the eyes of a human being but the eyes of a beast.


lunes, 26 de diciembre de 2011

Heartless

Something is wrong
we both know
we both know,
my heart is growing cold
I only know
I only know;
I wish I could let go
of this uneasy feeling
of eternal apathy,
like little by little I'm losing
my humanity,
will I become a body
withou a some?

I see your tears falling
but I'm unable to move,
something inside me is breaking
but if I don't look
I won't see you hurting,
I'm so good at running
I've forgotten how to stand
on the way of harm.

Staying by your side
I see how bad I am,
my heart is been tainted,
painted in black,
but if I don't look
it won't hurt.

I'm dwelling in myself
becoming more and more deluded,
my heart is playing
contorsionism
with my feeling,
as I stay by you
I become more twisted.

I sometimes wish to run
but I can't
but I can't
'cause somewhere in my heart
I know,
oh I know
I can't live without your love.

martes, 20 de diciembre de 2011

Pianist of the wind

They say he's a musician,
I say he's a magician,
can't you see his fingers play the air?
can't you hear the music they play?
it's the symphony of despair,
the sound of your heart slipping away,
moving to his fingers pace.
His hands softly caress the wind,
a song is born from harmony,
with just a touch the sky sings
a heartbroken allegory
of pure hearts tainted with sins,
a faint kiss
to wake our hidden crimes.

As I watch his fingers play the air,
as I listen to the music of despair
I realize I'm nothing but the wind he plays,
and off with my sins he makes me sway
as he plays in the wind
my life's memories
and vows to the end.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Tus ojos

La noche se alarga
a la sombra de tus pestañas,
cortinas a los ventanales
que dan al mar de tu alma,
pozos de silencio
donde mi corazón naufraga,
a la deriva, marinero,
perdido en la tempestad de tu mirada.


martes, 6 de diciembre de 2011

Esclavo de la Rosa

Vuelvo a beber del cáliz de la nostalgia,
pasajero incapaz
de dejarte marchar,
eterno esclavo de la rosa
que con sus pétalos acaricia mimosa
los labios que con sus espinas destroza,
se enreda en mi cuerpo,
se adhiere a mi piel
y se alimenta de mis heridas,
besos de miel,
gotas de sangre,
sabor a hiel,
e incapaz de escapar
yazco en sus manos
como un barco de papel
a merced de la tormenta
que sus contoneos despierta,
esclavo de la rosa,
carcelero del recuerdo,
intoxicado por el veneno
de aquel amor
que hizo de mí su prisionero;
esclavo de la rosa,
amante de tu perfil,
esclavo de mí.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Corazón inútil

Si tuviera que darte una parte de mí
te daría este corazón inútil
que solo late por ti
y que cada vez que te marchas
se olvida de latir
y duerme cuán tulipanes en invierno
esperando el abril
que traes con tu perfume
de brisa juvenil
para volver a respirar
y desbocarse por ti.


sábado, 3 de diciembre de 2011

High

It was night time
young we were
we had the world,
I knew nothing
about love

And then you came
all dressed in blue
I couldn't take
my eyes from you
and so you said
this was love
I couldn't know
those words were true

You make me high,
just a touch
and you lift me to the sky

You make me high,
just a kiss
and let us fly
until sun burns our wings,
I don't wanna fall
crash onto reality

It was night time
you caught me
now you're mine
I won't let go,
our toxic love

And here I come,
a designed drug
you can't resist
my throbbing heart,
this is love
and both know
It's the truth


You make me high,
just a touch
and you lift me to the sky

You make me high,
just a kiss
and let us fly
until sun burns our wings,
I don't wanna fall
crash onto reality

So spread your arms
and be my wings
and let us fly
higher and higher
to the infinity

You make me high
you lift me up the sky,
so let us fly
while we are high
burning with this drug
called love,
I need nothing more
'cause you make me high,
lift me up the sky
and let us touch
the burning stars,
higher and higher
in the infinite
universe,
you and I,
only you can make me high,
let's reach the sky
and fly

Love ashes

Dawn set the sky on fire and we jumped into the flames.
Love burnt in our hearts and now we are ashes from yesterday.





jueves, 1 de diciembre de 2011

El Club de los Corazones Rotos 7: Interludio (Marco)

Más que verlo lo sintió, el frío viento de la puerta al abrirse, remanso de una conocida borrasca de sentimientos. Era un viento frío, húmedo como las lágrimas, como el aullido que se colaba por el resquicio de una herida reciente y que tardaría en cicatrizar. En el tiempo que Marco llevaba trabajando en "El Club de los Corazones Rotos" había aprendido a reconocerlo, el gemido de un alma que llegaba perdida en busca de consuelo.

Lentamente alzó la vista de la bandeja de plata que había estado puliendo y sus ojos recorrieron el camino hasta la puerta. El corazón se le cayó a los pies al ver allí de pie al mismo fantasma del despecho. 

Era una mujer joven, no podía tener más de 20, de mediana estatura y delgada. El largo cabello castaño le caía chorreante sobre el rostro ocultando sin duda un mar de amargas lágrimas. Vestía un largo abrigo azul marino empapado por la lluvia que abrazaba su desvalido cuerpo tiritante, tembloroso, mojado, frío y dolorido. A sus pies un charco de agua comenzaba a formarse, como un pozo de penas que se extendía y amenazaba con inundar la tierra bajo sus pies, el mundo sobre el que se sostenía. Y la puerta abierta a sus espaldas aullaba con el llanto de la tormenta.

"Y es Nochebuena"-pensó con tristeza.

No es que importara mucho, en aquel club cualquier día era lo mismo y las navidades eran la época idónea para que los corazones rotos llegaran a él, algunos en busca de protección, otros huyendo del mundo. 

Marco se limpió las manos en el delantal negro, se puso de pie y se apresuró hacia ella. Llevaba el suficiente tiempo trabajando allí para reconocer aquella angustia tan profunda que hacía temblar los cimientos de la propia existencia. Era una mentira piadosa, en realidad trabaja allí precisamente porque era capaz de reconocer a aquella vieja compañera, pero siempre se le había dado bien mentirse a si mismo. Era su forma de mantener la tierra bajo sus pies en calma. Y tal vez ahora podría equilibrar la tierra de otra persona, la de aquella muchacha cuyo llanto sin voz resonaba en su conciencia como una llamada.


La muñeca rota

Soñó que era una muñeca. Inerte sobre la cama, incapaz de moverse y con un frío profundo que le calaba hasta los huesos y poco a poco iba tomando posesión de su cuerpo. Y sin embargo, estaba completamente consciente, aunque no pudiera moverse escuchaba y veía con una claridad aterradora. 

Y frente a sus ojos estaba el rostro de la niña, pequeño y redondo, tan bonito y frágil como el de una muñequita de porcelana, de mejillas sonrosadas y la miraba con unos redondos y relucientes ojos azules llenos de consternación.

-¡Mamá!-llamó la niña a voz en grito- ¡Mamá, la muñeca se ha roto!

Oyó los pasos acercarse amortiguados por la suavidad de una moqueta, más que oírlos los sintió, lentos, seguros e inexorables aproximarse. Entonces un  leve movimiento captó su atención por el rabillo del ojo, quiso girarse a mirar pero fue incapaz de mover la cabeza ni siquiera un palmo. Y de pronto una mujer joven entró en su campo de visión. Era increíblemente bella, capaz de dejar sin aliento incluso a una mujer como ella. De mediana estatura y esbelta, con el largo cabello dorado cayéndole suelto sobre los hombros desnudos, y en su rostro de muñeca dos ojos tan azules como el cielo en una mañana de verano. Parecía una réplica adulta de la niña.

-Mamá- el rostro de la pequeña se iluminó al verla- ¡Se ha roto!- dijo señalándola a ella que inerte en la cama buscaba como respirar- ¿Puedes arreglarla?

La madre la miró con cierta severidad.

-Cariño-le dijo con una voz tan suave como el terciopelo- te tengo dicho que con la comida no se juega.

La niña frunció levemente los labios con enfado y la muñeca rota constató que estaban manchados de carmín rojo. 

La mujer bella se inclinó sobre ella también y durante un largo segundo se miraron en silencio. Después la joven apartó la vista con un suspiro y se volvió hacia su hija.

-Vamos-le dijo- aún no te has terminado tu comida. Tienes que acabártela para que te pueda traer una muñeca nueva con la que jugar.

-¿Una muñeca nueva?-los ojos de la pequeña chispearon rebosantes de felicidad- Pero que sea más guapa que ésta. La quiero con el cabello negro y la piel como la porcelana y que aguante más que ésta.

La mujer asintió.

-Por supuesto, cariño. Pero antes debes terminarte el almuerzo.

La pequeña sonrió y cuando lo hizo dejó dos pequeños y afilados colmillos teñidos de rojo al descubierto. Y fue entonces cuando comprendió con horror que lo que manchaba su rostro no era carmín sino el carmesí de su sangre. Un escalofrío recorrió su cuerpo y de pronto perdió la conciencia de si misma mientras un terror gélido atenazaba su garganta como una mano de hierro que intentara estrangularla. Y sin apartar aquella sonrisa de sus labios pintados de escarlata la niña se acerba inexorable a su cuello.

Sintió que el miedo se apoderaba de su cordura y el mundo desaparecía bajo su peso engullido por una oscuridad profunda y aterradora que hacía mella en su consciencia.

Y de golpe despertó en la cama, su cama, asustada y temblorosa con la frente perlada de un sudor frío. Durante un segundo que se le antojó una eternidad no se atrevió a moverse y permaneció inmóvil entre las sábanas intentando controlar sus escalofríos atenta a cada sonido de la casa. Escuchó el tic tac del reloj de la cocina y el aullido del viento al arremeter contra las persianas; pero nada fuera de lo habitual, nada que no fueran los sonidos propios de su casa cada noche. Armándose de valor al fin se movió despacio, comprobando con alivio que su cuerpo respondía a los comandos de la mente, pero temiendo alertar a alguna presencia misteriosa que hubiera quedado adherida al retazo de su sueño. Y se curvó sobre la cama como un bebé y hundió el rostro entre las rodillas en actitud protectora. Aspiró el conocido aroma de su propio cuerpo y cubriéndose con el edredón hasta las orejas aguardó a que los desbocados latidos de su corazón se estabilizaran. 

"Solo es un sueño. Solo es un sueño"-se repitió como un mantra. Y en lo profundo de su mente comprendía que tenía razón, que tan solo había sido un mal sueño. Pero a pesar de todo aquellas aterradoras palabras volvieron a resonar en su memoria como un mal presagio:

"Mamá, la muñeca se ha roto".