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lunes, 14 de junio de 2010

Un final en sangre


El sol de la mañana
se filtra por mi ventana
el aroma del café
me invita a despertar.

El amanecer se lleva
los últimos retazos del sueño,
secuestra una ilusión
de la que no fuimos dueños
cuando tuvimos el amor.

Si no estás a mi lado
ya no me quiero despertar,
si no encuentro tus abrazos
ya no me quiero levantar.
Si en tu lado de la cama hace frío,
si tu lugar está vacío,
si la manta está helada,
y tu falta llora mi almohada,
si amanezco sin tus besos,
sin saborear el efecto
del licor de tus labios
y con la resaca de los desvaríos
 a que nos empujaba el amor.

Ya no hay nada que apetezca
es el comienzo de un final
y no el final de un comienzo
Ni yo misma me comprendo
pues no trates de entenderlo
al fin he decidido escribir en verso
nuestro fin a esta historia.

De sangre empapo la pluma,
de sangre tiño el papel,
simplemente te lo pido: perdóname
si no he sabido ser valiente
si me he rendido al final
si he olvidado ser fuerte
y he roto el pacto sin avisar.
Pero para renunciar a ti
tuve que renunciar a todo lo demás
perdóname si es con sangre
que escribo nuestro final.


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