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jueves, 10 de junio de 2010

Amante del oceano

Dile al cielo sin reparos que fui tuya,
dile que amargo es el sabor de la duda,
dile que me entregaste al mar amortajada de engaño,
dile que para ti nunca existirá descanso.

Susúrrale al mar cada palabra perdida,
quizás te perdona tu mala caida,
pero no esperes del cielo más que reproche,
hace tiempo que diste tu alma por vendida

Dile al cielo que quisiste ser eterno,
que quisiste atraparme para siempre en tu lecho,
encadenarme a tu vida miserable sin derechos,
y que pagas el precio del pecado en sueños.

Dile al cielo que enloqueciste de despecho,
que la envidia y el miedo te hicieron ciego,
que solo quisiste inmortalizarme en el tiempo
y que desde entonces te persigue el fantasma del recuerdo.

Dile al cielo que vestiste de razón la locura,
que conmigo enterraste tu cordura,
nunca, óyeme, nunca seré tuya,
me entregaste al mar como amante
y vivo cada noche para escucharte
llorar al cielo tus remordimientos,
pero yo no nunca voy a abandonarte,
seré el eterno pecado que llevas dentro,
el fantasma que te persigue en sueños
y en el último momento oirás mi nombre
y sabrás que nunca conocí más hombre
y que el mar será mi eterno acompañante,
como tú elegiste al entregarme.
No habrá lugar para ti en ninguna parte.

1 comentario:

  1. Me parece injusto que la mujer decida seguir al lado del hombre cuando él no la respeta! Al menos eso es lo que yo he entendido.

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