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viernes, 11 de junio de 2010

Cenizas de pasión

Momentos de pasión encendida,
ardieron en su propia llama enardecida,
se esfumaron en memorias de ceniza
y quedamos desnudos, vacíos de sentido.

Perdimos el sentido
en los valles del recuerdo,
marchitos los momentos
de sangre y fuego,
del crepúsculo del cuerpo
entregado al amante sin esencia
del olvido.

Bebimos del olvido,
llanto de la pérdida,
siempre fieles a la huida inocencia
que nos secuestró aquella noche,
disfrazados de ausencias,
de mujer y  de hombre,
regresando al comienzo perdido
de un amor siempre herido.

Aún llevo en mi pecho orgullosa la herida,
quemadura de pasión incombustible,
cenizas de recuerdos inconfundibles,
ardid de juegos de princesas,
amasijo de abrazos y fronteras,
memoria al fin del cuerpo incendiado
que consumimos en pasiones y engaños.

No queda más que polvo y sangre,
carbón apagado de mi hambre,
volveremos a encontrarnos donde el viento sople
y arrastre nuestras cenizas hasta el perdido valle
de una ausencia sin esencia dibujada de olvido,
cuando el tiempo vuelva a fundirnos,
a abrazarnos, a llenarnos sin sentido
de la pasión que en la pira consumimos,
licor de ausencia, de amante primogenia,
polvo al polvo de nuestras cenizas.

1 comentario:

  1. Al menos espero que los recuerdos permanezcan y pese a que la herida de los recuerdos sea profunda, más vale haber tenido esos dulces momentos.

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