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martes, 15 de junio de 2010

La estación de los sueños rotos.

Desde el día en que perdí la inocencia
en alguna parada de tren extraviada,
en algún andén de la vida
de destino aún incierto,
ando a trompicones mudos,
con pasos que caminan sin derecho,
arrastrando cadenas de nudos
en memoria de los perdidos sueños,
de los problemas sin resolver
que dejo atrás en el mundo
con cada paso que me alejo
de mi inocencia robada en secreto.

Desde el día en que extravié mis ilusiones
en aquella estación sin nombre de los sueños rotos,
que tomé un tren diferente
y perdí para siempre el rumbo
traicionando los ideales a los que juré lealtad eterna,
entregando mi vida a una realidad alterna,
desde ese día vago
vacía por completo,
carente de sonrisas,
henchida de despecho.

Desde ese lejano día
en que sacrifiqué mi inocencia,
en que dejé atrás la infancia,
los cuentos y las letras,
no hay día desde entonces
en que mi alma no lamenta
el cambio de vía
que tomó mi vida
la transacción incorrecta
del tren del destino
que fue tan violenta,
sumiendo en la niebla del olvido
los sueños consumidos
en pos de una palabra incierta:
MADUREZ
desde entonces el dolor se incrementa,
he perdido de vista la meta
y vago incompleta
por la estación sombría
de las eternas despedidas,
de los sueños que se marchan,
pasajeros sin rumbo del tren
de mis lamentos
mientras yo permanezco
anclada en este mismo punto del camino,
pérdida la guía del destino
y noche tras noche maldigo
la marcha de mi inocencia,
la madurez heredera
que me desvió sin pereza,
siendo tan mala consejera
y dejándome en esta estación sentada,
viendo pasar las horas y marchar los sueños
para siempre sin remedio.

2 comentarios:

  1. Qué triste! Dime por favor, que algún día seremos felices y que recuperaremos el tiempo perdido y que esto es sólo un sueño, que algún día despertaremos y veremos que hemos hecho de nuestra vida algo provechoso y que todo lo que hemos sufrido lo hemos dejado atrás. Dime que sí, por favor!!

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