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domingo, 1 de mayo de 2011

Casi como un milagro

Lo más increíble de amar
es ser correspondido.

¿Qué hace que dos corazones desconocidos
se encuentren y conecten?
Ese instante sugerente,
un cuadrado en el tiempo y el espacio
es como un momento mágico,
casi como un milagro.

El instante inconsciente
en que se cruzan dos caminos,
en que se reconocen las miradas,
en que cambia el destino,
en que cambiamos nosotros mismos
es como un momento mágico,
casi como un milagro.

Y de pronto nos falta el aliento
y corre el corazón
como si tuviera una meta por alcanzar,
más rápido, más rápido,
casi como un milagro.


Lo más increíble de amar
es ser correspondido.

¿Qué hace que dos corazones desconocidos
se encuentren y conecten?
Ese instante sugerente,
un cuadrado en el tiempo y el espacio
es como un momento mágico, 
casi como un milagro.

El instante inconsciente
en que nuestros propios pasos 
se acompasan al paso del otro,
en que se tropiezan
nuestras miradas huidizas
es como un momento mágico,
casi como un milagro.

Y de pronto nuestros ojos se esquivan
y salta el corazón
como si las nubes quisiera alcanzar,
más alto, más alto,
casi como un milagro.

Lo más increíble de amar
es ser correspondido.

¿Qué hace que dos corazones desconocidos
se encuentren y conecten?
Ese instante sugerente,
un cuadrado en el tiempo y el espacio
es como un momento mágico, 
casi como un milagro.

¿Qué hace que nuestras miradas se encuentren?
¿Qué hace que nuestros pasos se acompasen?
¿Qué hace que nuestras manos se rocen?
¿Qué hace que nuestros caminos se crucen?

¿Qué hace que dos corazones desconocidos
se encuentren y conecten?
Ese instante sugerente,
un cuadrado en el tiempo y el espacio
es como un momento mágico, 
casi como un milagro.

Lo más increíble de amar
es ser correspondido,
es casi como un milagro.


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