Ha llegado la hora de desvelar las mentiras,
de liberar los secretos, las palabras cautivas
de estos labios malditos que tú secuestraste.
Ha llegado la hora de encontrar las miradas
que acabaron perdidas en la desesperanza
tras salir cada anochecer sin rumbo a buscarte.
Ha llegado la hora de empezar a olvidarte
pero mis mañanas, noches y tardes
siguen fugándose tras de ti como amantes.
Ha llegado la hora, pero mi corazón
no quiere dejar de repetir tu nombre
no quiere dejar marchar al único hombre
que lo ha hecho latir en dolorosa agonía.
Dulces son las horas de mis recuerdos,
amarga es la hora que llega a vernos,
enamorados mis labios que claman tu regreso,
desesperados mis ojos doloridos buscan tu reflejo
y tú que has encontrado tu hora hace tiempo
has olvidado mi amor y has partido lejos,
lejos de mis lágrimas, lejos de mis besos.
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