Me besó y mis piernas se debilitaron. Cedieron bajo el sobrepeso de mis emociones.
Me besó y mis pies desobedecieron a la gravedad. Me llevaron flotando a una nube más alta que el séptimo cielo.
Me besó y el mundo entero se derrumbó a mi alrededor. Como el decorado de una obra de teatro donde lo único que importa somos los dos, él y yo, los únicos protagonistas de esta historia de amor.
Me besó y dejé de comprender el amor porque el amor es incomprensible. Y tan solo me fundí en el beso y perdí la cuenta del tiempo y floté en el espacio y me deshice en los recovecos de la imaginación.
Hasta que sus labios se divorciaron de los míos y volvió a correr el tiempo y caí de bruces contra el espacio y regresé de mis viajes de ciencia ficción para chocar contra sus ojos. Y entonces desafié a las leyes de la ciencia y deseé que la noche no acabara, que en sus labios me perdiera y no volviera a salir el sol.
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