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viernes, 25 de mayo de 2012

Suspiros al alba

Se ha apagado un suspiro en la ventana,
el rocío de un recuerdo que se empaña,
vaho de un sueño que el mañana
evapora contra la realidad.

En el cenicero de las viejas ilusiones
donde muere el humo de los rotos corazones
solo quedan cenizas de canciones
que el ave enjaulada no sabe cantar.

Tras los barrotes de la monotonía
languidece la noche encadenada al día,
último quejido que expira
inmolado en el alba de la ciudad.

Y a estas horas intempestivas
cuando los rascacielos visten de metal
cuando el alba tiñe de sangre las heridas,
cuando nadie escucha,
cuando nadie mira,
abro la ventana y los dejo marchar
a los sueños que suspiran
y empañan la esperanza
y desde mi ventana
los veo extender las alas y volar,
el ave que enjaulada languidece
muere en libertad
pero antes de su último suspiro
¿encontrará las letras
y volverá a cantar?

Quiero escuchar una vez más
a la golondrina
a la primavera llamar.


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