¿Lo recuerdas?
Yo aún no lo he olvidado a pesar de que hace tiempo que se ha borrado tu nombre que con amor y rotulador permanente grabaste en mi antebrazo. Por aquel entonces éramos jóvenes y estábamos lleno de promesas, quería tatuarte en mi piel para que jamás fueras capaz de borrarte. Estábamos perdidos y algo decepcionados de la vida pero en medio de aquel caos interior al que llaman adolescencia nos encontramos y fuimos el refugio del otro. Fue un amor amargo pero el recuerdo es dulce porque en las penumbras de aquellos años confusos te tuve y gracias a ti construí momentos felices aun en la tristeza.
Ahora mirando atrás creo que tan solo te tatuaste con permanente porque en el fondo sabíamos que nada es para siempre. Pero ni el agua, ni las lágrimas, ni el tiempo han conseguido borrarte de mi corazón. Es la fuerza de un amor inolvidable, de un amor complejo, de un primer amor. El poder de aquel amor que nos mantuvo a flote y nos hundió.
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