Oigo el sonido de las castañas,
los árboles se han vestido de colores
y me dice un petirrojo al oído
que son más largas las noches.
Será que se ha esfumado silencioso
el último perfume del verano
y se ha presentado el señorial otoño
vestido de cuero, oro y rojo.
Hasta que no caiga la última hoja
y se vista de diciembre el calendario,
hasta que los montes no prueben el blanco
está aquí para quedarse el señor
que viste de ocre y rojo,
señorial y caballeroso,
los árboles extienden su manto de colores
para cederle el paso.
¡Bienvenido seas otoño!
No hay comentarios:
Publicar un comentario