En el silencio roto
de los secretos nunca dichos
zurcen tus labios sus mentiras,
costuras maltrechas del destino
que cortó el hilo
que nos mantenía unidos,
desde entonces nado
en la bancarrota
de este corazón enamorado
ahogado en el llanto
del lamento,
no hay parche que cubra
el desgarro que dejaste,
no hay aguja capaz de coser
de nuevos mis pedazos,
pero me pregunto si habrá mano
dispuesta a reconstruirlos de nuevo
con paciencia y amparo,
para dar vida a un corazón muerto,
a los restos de un enamorado.
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