Le he compuesto a la luna
una canción de cuna,
no dos sino una,
le he compuesto a la luna.
A ella que sola habita
la eterna noche marchita,
a ella que brilla sin luz
y cuenta en estrellas su dicha,
a esas amigas que están
a años luz en su día.
Fugaces son
las lágrimas de mi luna
que en las sombras oculta
su cara más oscura,
los cráteres desfiguran
su blanca belleza pura,
las lágrimas de mi luna
son fugaces.
Mi luna que aguarda al sol
en el balcón de la noche
para asomarse al alba
y suspirarle un reproche,
mi luna que atemoriza
al pobre superticioso
y enamora a la poetisa
mi luna, tan sola ella,
que sueña en las veredas
con el amante que nunca llega.
Mi luna que como yo
vela por la noche de quien no se acerca,
yo como mi luna
que aguardo al sino que no se presenta.
Si pudiera erigir
una escalera hasta ella
de esta soledad
seríamos compañeras,
pero solo puedo contemplarla,
testigo de su belleza,
y a hurtadillas dedicarle
los versos de este poema.
Mi luna que como yo...
yo que como mi luna
quieta y serena,
serena y quieta,
guardianes
del amor que no llega.
Le he compuesto a la luna
una canción de cuna,
no dos sino una,
una canción de cuna
le he compuesto a la luna.
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