El cielo se ha olvidado
de contar nuestros milagros,
las estrellas fugaces caen
sin sembrar deseos a su paso,
y las manecillas del reloj
han enmudecido.
Lleno los silencios
de palabras sin sentido
y en mis silencios digo
todo lo que en palabras callo.
Hace tiempo que se ha roto
el hilo de tu corazón al mío
y la sinfonía que tocaba
se ha detenido.
Ahora soy una mitad,
marioneta sin hilos,
títere de un juego
que he perdido.
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