Buscar

domingo, 1 de septiembre de 2013

Luciérnagas rojas

A 200 por la carretera, 
el silbido del viento corta la realidad,
al limite de velocidad
con el corazón gritando libertad,
los faros rojos de nuestras motos 
deslumbran la noche,
como luciérnagas rojas.
 
Somos luciérnagas rojas,
ardemos en la noche,
nos desvanecemos al amanecer.

Encendemos un cigarrillo
quemamos nuestra juventud,
prendemos fuego al mañana
y nos inmolamos en él.

El beso de una cerilla
quema nuestra esperanza,
somos una estrella fugaz
brilló demasiado fuerte,
cruzó demasiado rápido 
y se extinguió.

Somos luciérnagas rojas,
ardemos en la noche
y nos desvanecemos al amanecer.

Somos estrellas fugaces
ardemos de sueños
y nos extinguimos en la noche.

La cerilla que prendió nuestra imaginación,
quemamos nuestra juventud,
se extingue en el cenicero del futuro,
las luciérnagas rojas pierden su luz.

Fuimos luciérnagas rojas, 
ardimos en la noche
y nos desvanecimos al amanecer.

Nos inmolamos con nuestra juventud.


Estrellas fugaces 
que brillaron demasiado fuerte,
que cruzaron demasiado rápido
y se extinguieron con sus sueños.

Luciérnagas rojas que ardían con el combustible de la ingenuidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario