Posaré cada mañana
un suspiro en tu ventana
para que te confiese sin palabras
al oído que te ama.
Prenderé cada tarde
en las hondas de tu cabello
una rosa que se abre
y cada anochecer
secuestraré a los jazmines
su fragancia refrescante
para que no trepen a tu balcón
como locos amantes.
Y cuando la noche caiga
anudaré la luna a tu veranda
para que te cante serenatas
que te acompañen a la cama.
Pero será a la madrugada
cuando el sol se cuela por tu persiana
que entraré a hurtadillas en tu sueño
y como el príncipe en un cuento
te robaré el primer beso
para que cuando despiertes
solo recuerdes que te quiero.
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