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miércoles, 18 de junio de 2014

Romeo onírico

Me emboscas de madrugada,
te asomas a mi pensamiento, 
fantasma de un Romeo pasado
asciendes a mi consciente despierto.

No te busco pero te encuentro.
Te busco pero no te encuentro.

Te quiero,
quiero decirte te quiero,
con gestos y sin palabras,
un millón de veces,
de un millón de formas,
ese te quiero
que se ha quedado pequeño.

Quiero amarte de madrugada
solo con mis labios,
solo con palabras,
un millón de veces,
de un millón de formas,
ese amor 
que se hace grande, más grande.

Tan grande
que se fuga de mi pecho
y se expande. 

¿Sientes el aleteo de una mariposa,
un susurro seductor en la penumbra,
el expirar de un suspiro?
¿Cómo puedes no sentirlo?
Es mi amor,
grande,
tan grande
que no cabe en mi sino.

Se escabulle de madrugada a buscarte,
te busca pero no te encuentra,
y cuando vencido yace en su lecho
sin buscarte tú siempre me encuentras,
un fantasma del recuerdo,
el Romeo de mis pensamientos.


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