En el imprudente silencio me descubrí tu esclavo,
prisionero deseoso de tus palabras,
una lágrima de rocío en los pétalos de una rosa,
fundiéndome suavemente en la madrugada,
enredado en tus labios,
preso de tu silencio,
aguardando impaciente las palabras que nunca han de llegar,
entre tus labios sellados, una pareja sencilla,
un par que siempre se acompaña,
amantes que nunca se separan
"Te quiero"...
frugales, sencillas pero tan complejas
y tan repletas de dicha,
pero en su ausencia
el silencio tan desgarrador
que habla sin palabras con claridad anodina.
Aquellas palabras que nunca han de llegar
se difuminan en la aurora con tu beso,
y el silencio me hace colgar en la incertidumbre
hasta que me evaporo en el deseo
dejando solo tu piel desnuda en el pasado,
sabiéndome solo una caricia más
de las manos que celosas te han amado
sedientas, deseosas de tu imposible amor.
Tan solo un par de palabras sencillas,
un par que siempre se acompaña,
amantes que nunca se separan,
aquel "te quiero" que nunca llegará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario