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sábado, 31 de marzo de 2012

Memorias

He abierto el baúl de las viejas promesas
para airear los sueños rotos,
he intentado probar a calzarlas
pero todas me quedan grandes o pequeñas,
aun así si pudiera vestir los jirones
de aquellos días en que me querías
aun si soy una harapienta cenicienta
creo que podría ser feliz.

Pero mientras juego con las pinceladas
sobre un lienzo en blanco bosquejando tu cara,
cada vez tus facciones se hacen más borrosas,
no hay justicia en los trazos de una temblorosa
memoria que se tambalea dudosa
de si alguna vez fue feliz.

Y hora a hora que se desgrana
como motas de tiempo en un reloj de arena,
lágrimas que anuncian que se aleja la tormenta
pero sin traer viento de promesas
de un final feliz.

Se ha detenido la esfera de mi vida,
que gira, gira y gira
atrapada en un paisaje de monotonía
velando el horizonte con su presencia
la niebla que desprende el vacío de tu ausencia
es una compañía infeliz.

Paso que se acerca, paso que se aleja,
guardo los recuerdos en una maleta
y vistiendo el abrigo de la indiferencia
cierro el museo de nuestra historia,
cuelgo el cartel de "cerrado" de la puerta
y sin mirar atrás tomo un tren a Estación Incierta
y despidiendo desde la distancia que guardan
las relaciones muertas
un capítulo más de mi biografía,
la doy por concluida
con punto y final
sin feliz.

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