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miércoles, 13 de julio de 2011

Dulce desorden

Como un suspiro que se coló en la orilla lejana de un sueño, te acercas sin previo aviso y revuelves mis rincones, los lugares más recónditos, los secretos más ocultos que anidan en mi interior, y te esfumas como la neblina de un sueño que nunca existió.

Como una suave brisa acaricias mis sentidos, revoloteas en el límite de mi conciencia, jugueteas con las sensaciones que despiertas sin recato y después te diluyes en el sol de la madrugada, en el horizonte inalcanzable de mis fantasías y despierto a una realidad solitaria y fría, a un mundo sin ti.

Eres aquel sueño que nunca llama a la puerta pero siempre encuentra la entrada, una emoción que no necesita de palabras, un sinsentido que desbarata mis cajones y desordena mis baúles, como un terremoto que me desestabiliza, un maremoto que me sumerge en la tierra de las fantasías, un torbellino que enreda mis sentimientos...pero cuando te marchas sin recoger el desorden que dejaste deseo poder retenerte y encarcelarte en este corazón que ya has dado por conquistado. Pero igual que no puedo poseer el mar, la tierra ni el aire, tú tampoco me perteneces y te esfumas, y me siento en mi soledad a ordenar las habitaciones que pusiste patas arriba, a caminar por los recuerdos que colgaste de mis paredes sin permiso y a aguardar... aguardar tu regreso y el dulce desorden que traes contigo.


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