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domingo, 25 de abril de 2010

¿Dónde quedaron los sueños?

Cuando te conocí
 tenías tantos sueños,
 latía en ti
 la ilusión de un niño,
 creías que soñando
 alcanzarías las estrellas,
 creías que creyendo
 dominarías las mareas.

 Creías en los sueños
 y soñabas,
 tenías esperanzas
 y sonreías.

 Si querías bailar,
 bailabas,
 si querías cantar,
 cantabas,
 si querías volar
 creías que volarías.
 El poder de tu esperanza
 era tan fuerte
 que todo lo arrasabas,
 que me hacías soñar
 tus sueños
 y arrastrabas 
 al mundo entero
 con tu sonrisa.

 Fue la inocencia de un niño
 y también quedó rota,
 tu sonrisa quebrada,
 tu mirada apagada,
 tu esperanza marchita.

 ¿Dime, dónde quedaron tus sueños?
 ¿Dime, quién te arrancó las palabras?
 ¿Dime, quién te robó la mirada
 y te ahogó en un mar sin estrellas?

 De las ilusiones
 solo quedan cenizas.
 Te veo cabizbajo,
 marchito, 
 desesperanzado
 y cansado.
 Caminas sin ganas,
 sin rumbo,
 las alas rotas
 y arrastras cadenas,
 dibujas tristezas
 y tu rostro está maquillado
 por las cenizas negras
 de los sueños quemados.

 Hay pasa un ángel caído,
 sus alas sin plumas arrastra,
 hay pasa un niño crecido,
 coronado de inocendia robada,
 hay pasa una ilusión muerta,
 de realidad amortajada,
 sin flores, sin tumba, sin nicho,
 sin quien la llore al alba.

1 comentario:

  1. Ese es el sentimiento exactamente que tengo cada vez que empiezo a clase. En verano todos mis sueños parecen hacerse realidad o aunque sea puedo verlos más de cerca, en cambio, cuando llegan las obligaciones los sueños se quedan atrás.

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